¡Hola!
Hoy os traigo la última parte de este relato :)
Hoy os traigo la última parte de este relato :)
Tenía una mirada azul muy triste, y su pelo rubio era largo y muy liso. Llevaba un vestido gris que le llegaba hasta las rodillas y unas sandalias blancas. Era una muchacha muy guapa, tendría alrededor de veinte años.
-¿Cómo te llamas? – le preguntó Nina.
-Marina.
-Marina, no me malinterpretes, pero ¿qué haces aquí?
-Soy un fantasma. Y estoy aquí porque me gusta estar a tu lado, me gustan las cosas que haces, y si estuviera viva me habría gustado ser tu amiga.
-¿Cómo me encontraste?
-Más bien me encontraste tú. Soy la hermana de tu abuela; o más bien era, porque morí de una enfermedad. Me quedé a su lado hasta que fue al hospital a verte cuando naciste. Supe que ella ya no me necesitaría más y decidí ir contigo.
-¿Has estado a mi lado todos estos años?
-Bueno, no necesariamente a tu lado. Cuando vas al baño me ausento o cuando necesitas unos momentos de intimidad; pero en general sí.
Marina sonrió un poco, quizás contenta de poder entablar conversación con la chica por la que había estado velando durante esos últimos diecinueve años.
-¿En el instituto y en la universidad también?
-Las asignaturas que has cursado y que cursas me parecen muy interesantes; sobretodo me pareció curiosa la historia de los años que yo viví. Da la sensación de que sucedió todo muy rápido explicado así… Yo que casi no fui a la escuela, es como si me dieran otra oportunidad para aprender, sólo para sentirme satisfecha.
-¿Y cómo es que te quedaste aquí y no fuiste… al mas allá?
-No lo sé, la verdad. Pero sea lo que sea lo que me retiene aquí, me gusta. No estoy cansada de esto porque cada día sé más cosas, y leer lo que escribes me encanta, leer los libros que lees…
Una pausa.
-Yo he leído unas cuantas cosas sobre esto, y hay gente que dice que las personas que han dejado algo pendiente en su vida no se van hasta que lo consigan.
-¡Yo no me quiero ir!
-Créeme cuando te digo que dentro de unos años nuestro mundo no te gustará tanto… Las cosas están cambiando mucho.
-Pues ya me iré entonces.
Entonces la chica quedó pensativa un rato, y su rostro, que había casi rozado la alegría, volvió a entristecerse.
-Lo que te pasa es que no quieres que esté contigo, ¿verdad? ¿Te molesto?
-No, por favor, no digas eso. Si estoy muy contenta de que estés aquí. Ahora, por ejemplo, no tendría a nadie con quien hablar si no estuvieras conmigo.
Otra vez una sonrisa cruzó el rostro de Marina. Nina también sonrió.
-¿Sabes que siempre te he admirado? – dijo Marina, reflejando lo que decía en sus ojos.
-Pues no sé por qué, soy una chica normal.
-Precisamente por eso. Eres tú, y nadie puede hacerte cambiar; por mucho que lo intenten y por muy malas intenciones que tengan algunas personas.
-¿Conoces las intenciones de las personas?
-Puedo leer los pensamientos.
-¿En serio? – a Nina se le iluminaron los ojos.
-Sí, y sé que tu deseo más profundo es tener este don – y rió.
-Me conoces bien.
-Desde que eras un bebé, no lo olvides.
-¿Y por qué te has escondido todo este tiempo?
-Tenía miedo de asustarte y… también de que me rechazaras. Sé que no debería haber pensado eso de ti, pero tenía miedo…
-No hace falta que te excuses, tranquila. Lo entiendo. Más vale tarde que nunca.
Ambas sonrieron.
-Lo lamento mucho, pero tendría que estudiar. Historia no se me da demasiado bien y…
Nina calló y se quedó mirando a Marina, que le dirigía una mirada interrogativa.
-¿Qué sucede?
-¿Podrías darme tú las clases de historia?
-¿Cómo dices?
-Tú sabes historia porque tú misma lo viviste, y puede que si tú me lo explicas me entre más. Soy bastante mala en esta asignatura… y por probar no perderé nada. Si tú quieres, claro.
Marina enseñó una perfecta dentadura blanca y asintió repetidas veces.
-¿Qué quieres que te cuente?
-Hmmm… Estoy estudiando la Guerra Civil española.
-Sí… Realmente fueron unos años terribles… Y así pasaron todo el fin de semana, Marina dando clases de historia a Nina y ella escuchando sus vivencias personales. Pero las noches se las reservaban para contar otras cosas; aunque, al fin y al cabo, también acababa siendo historia.
Un besazo y ¡hasta mañana!
Aix qué bonita amistad va a surgir entre ellas no? me ha gustado mucho la historia guapa, espero más relatos tuyos eh!
ResponderEliminarUn besitoooooooo