Fallo del Concurs creatiu! :)

¡Hola!

Bueeno, ya es domingo... mañana volvemos a la dulce odiada rutina. Pero, como os dije, hoy traigo el fallo del segundo concurso de Palabras de terciopelo...

Porque su relato me encantó desde la primera lectura, porque la escritura es exquisita, por el sentimiento que vi a través de sus palabras, por las descripciones de ese bosque, porque me sentía parte de ese lugar, y porque la inclusión de las palabras obligatorias no la he visto nada forzada, declaro ganadores a...

Da y Kanon

(Mientras Lees)

¡Muchísimas felicidades! Habéis ganado Tremolor y Rastre :D

Tendríais que enviarme vuestra dirección postal para que la editorial pudiera mandar los libros ;)

A los demás participantes: muchísimas gracias por participar y por enviarme a vuestros pequeñines (aka relatos). Sé lo que se siente al escribir un texto para un concurso y tener ese sentimiento de querer enviarlo ya pero al mismo tiempo querer releerlo por si hay algo que mejorar; y cuando ya lo has enviado, pensar: ¿gustará? ¿no gustará? Pero os digo que, si escribís con el corazón, es evidente que gustará ;)

Y bueno, dejo ya de enrollarme, que yo no soy una experta en todo esto xD

Con su permiso, os dejo con el relato ganador :)

*Muchísimas gracias a Cruïlla por hacer posible este concurso

Érase una vez Diciembre

Parecía que el tiempo se había detenido justo en aquel lejano instante cuando desapareció. La linde del bosque lucía tranquila e inalterable, igual que aquella mañana en la que lo conocí. El frío me recorrió por completo, y mi figura, que se hallaba anclada al suelo, se estremeció. Uno de mis pies reaccionó al embrujo que me producían aquellas ramas que se mecían tan dulcemente por el helado viento de invierno, y mientras me acercaba, un temblor se apoderó de mí.

Aún podía sentir su aroma penetrar en mi ser, como si aquel lugar estuviera inundado de su presencia. Aún podía ver el brillo que impregnaba su mirada salvaje, aquella con la cual me observaba desde la distancia, vigilante e impaciente por encontrarse conmigo.

Di unos pasos más, haciendo crujir las ramas bajo mi peso. Sentía mi corazón latir cada vez más rápido con cada paso, como si en cualquier momento, él pudiera aparecer ante mí, como aquella mañana de Diciembre, robándome suspiros y dejando una huella imborrable en mi memoria.

Pero sabía que ya no volvería. Jamás lo haría. Aún así, yo…

Cerré los ojos. No podía creer que yo estuviera entrando en aquel bosque de nuevo. Aquel lugar me remontaba a esa infancia perdida en una obsesión que nadie creyó jamás, pero que yo nunca olvidé.

¿Qué me había traído de nuevo hasta aquí? ¿Él…?

El aroma a tierra húmeda me embargó los sentidos, y el frío, cruel y despiadado, congeló mi gesto. Me coloqué la capucha roja, como en los viejos tiempos, y abrí los ojos, decidida.

La sequía me parecía bella, los árboles dormidos hasta la primavera, parecían alegrarse de volver a verme. Recordaba jugar tras ellos día tras día, hasta que mi madre tenía que internarse en el temido bosque para llevarme a casa. Muchas veces, llevaba una cesta para recoger los frutos mágicos que el bosque me regalaba y la traía vacía por haberme entretenido persiguiendo a los zorros y entreteniéndome con los pajarillos que cantaban sin inmutarse por mi presencia.

Aquel lugar había sido mi hogar, y también había sido la cuna de mi desesperación cuando él apareció y desapareció sin dejar rastro. Sé que en parte, la culpa la tuve yo y tal vez, por eso jamás he logrado olvidarlo.

Él jamás me hubiera hecho daño, estoy segura. Pero nadie me creyó.

Miré hacia el cielo, que cubría el mundo con su capote triste y gris, riéndose de mis estúpidas ilusiones. Un pájaro lo surcó ufano, y hasta pude notar su risa burlona.

Suspiré al llegar a aquel sitio donde lo vi por última vez. A lado de esa misma roca yacía sin fuerzas por culpa de una herida mortal que mi padre, sin piedad alguna, le había infringido. Todos gritaban: ¡No te acerques al lobo! ¡No te acerques al lobo! Pero yo no veía ningún lobo…

¡Era él, sufriendo por mi culpa, sufriendo por querer estar conmigo! Si yo lo hubiera sabido antes… Retumbó en mis oídos el eco de un disparo.

“—Nunca querría hacerte daño, pero llegará un día en el que jamás volveré. Los aldeanos vendrán a buscarme.”.
“—No creas lo que ellos dicen, no saben lo que tenemos, no lo entienden… nos envidian—le rogué, desesperada e inmadura.”
—“Shhhh, ya no nos queda tiempo. Sólo déjame llevarme un beso como recuerdo...”

Sólo pude saborear aquellos labios una vez, esos labios tan suaves y tersos que pedían encontrarse con los míos. Pero la miel se convirtió en sangre cuando el disparo atravesó su pecho.

La vida se fue lentamente de sus ojos… y todos gritaban, y yo no entendía por qué querían arrebatarme lo que más me había importado en la vida. Sentí que mi alma se desvanecía y me arrodillé junto a él, tomándole fuertemente de la mano mientras él sacaba fuerzas de flaqueza para susurrarme las últimas palabras; las mismas que me han permitido seguir viviendo, y las cuales me han traído hoy a este abandonado y frío bosque.

“—Para siempre…”

Una lágrima solitaria rodó por mi mejilla; las imágenes seguían vívidas en mi mente, los sonidos atravesaban mi cabeza y el dolor, ese que había ocultado durante años, había vuelto a escurrirse dentro de mi pecho. Me arrodillé junto a la roca y acaricié el suelo.

Me sorprendió un crujido detrás de mí y me giré violentamente, envolviendo mi cuerpo en una exhalación helada. Entorné los ojos, esforzándome por ver más allá de la bruma del bosque.

Se comenzó a divisar una figura, alta y masculina, que se acercaba lentamente. Conseguí divisar su rostro afilado, enmarcado por su cabellera rubia. Sus ojos grises me taladraban, y en sus labios apareció una sonrisa.

—Te he estado esperando… Caperucita—dijo el lobo. Mi lobo.

Sé que os dije que os traería pronto el IMM VLOG, pero ayer estuve muy liada y hoy no tendré tiempo, así que creo que tendré que dejarlo para más adelante :S 

Sorry...

Y esto es todo por hoy. 

¡Un besazo! ^3^