miércoles, 29 de diciembre de 2010

Relato: Presencia (II y última)

¡Hola!
Hoy os traigo la última parte de este relato :)
Tenía una mirada azul muy triste, y su pelo rubio era largo y muy liso. Llevaba un vestido gris que le llegaba hasta las rodillas y unas sandalias blancas. Era una muchacha muy guapa, tendría alrededor de veinte años.
-¿Cómo te llamas? – le preguntó Nina.
-Marina.
-Marina, no me malinterpretes, pero ¿qué haces aquí?
-Soy un fantasma. Y estoy aquí porque me gusta estar a tu lado, me gustan las cosas que haces, y si estuviera viva me habría gustado ser tu amiga.
-¿Cómo me encontraste?
-Más bien me encontraste tú. Soy la hermana de tu abuela; o más bien era, porque morí de una enfermedad. Me quedé a su lado hasta que fue al hospital a verte cuando naciste. Supe que ella ya no me necesitaría más y decidí ir contigo.
-¿Has estado a mi lado todos estos años?
-Bueno, no necesariamente a tu lado. Cuando vas al baño me ausento o cuando necesitas unos momentos de intimidad; pero en general sí.
Marina sonrió un poco, quizás contenta de poder entablar conversación con la chica por la que había estado velando durante esos últimos diecinueve años.
-¿En el instituto y en la universidad también?
-Las asignaturas que has cursado y que cursas me parecen muy interesantes; sobretodo me pareció curiosa la historia de los años que yo viví. Da la sensación de que sucedió todo muy rápido explicado así… Yo que casi no fui a la escuela, es como si me dieran otra oportunidad para aprender, sólo para sentirme satisfecha.
-¿Y cómo es que te quedaste aquí y no fuiste… al mas allá?
-No lo sé, la verdad. Pero sea lo que sea lo que me retiene aquí, me gusta. No estoy cansada de esto porque cada día sé más cosas, y leer lo que escribes me encanta, leer los libros que lees…
Una pausa.
-Yo he leído unas cuantas cosas sobre esto, y hay gente que dice que las personas que han dejado algo pendiente en su vida no se van hasta que lo consigan.
-¡Yo no me quiero ir!
-Créeme cuando te digo que dentro de unos años nuestro mundo no te gustará tanto… Las cosas están cambiando mucho.
-Pues ya me iré entonces.
Entonces la chica quedó pensativa un rato, y su rostro, que había casi rozado la alegría, volvió a entristecerse.
-Lo que te pasa es que no quieres que esté contigo, ¿verdad? ¿Te molesto?
-No, por favor, no digas eso. Si estoy muy contenta de que estés aquí. Ahora, por ejemplo, no tendría a nadie con quien hablar si no estuvieras conmigo.
Otra vez una sonrisa cruzó el rostro de Marina. Nina también sonrió.

-¿Sabes que siempre te he admirado? – dijo Marina, reflejando lo que decía en sus ojos.
-Pues no sé por qué, soy una chica normal.
-Precisamente por eso. Eres tú, y nadie puede hacerte cambiar; por mucho que lo intenten y por muy malas intenciones que tengan algunas personas.
-¿Conoces las intenciones de las personas?
-Puedo leer los pensamientos.
-¿En serio? – a Nina se le iluminaron los ojos.
-Sí, y sé que tu deseo más profundo es tener este don – y rió.
-Me conoces bien.
-Desde que eras un bebé, no lo olvides.
-¿Y por qué te has escondido todo este tiempo?
-Tenía miedo de asustarte y… también de que me rechazaras. Sé que no debería haber pensado eso de ti, pero tenía miedo…
-No hace falta que te excuses, tranquila. Lo entiendo. Más vale tarde que nunca.
Ambas sonrieron.
-Lo lamento mucho, pero tendría que estudiar. Historia no se me da demasiado bien y…
Nina calló y se quedó mirando a Marina, que le dirigía una mirada interrogativa.
-¿Qué sucede?
-¿Podrías darme tú las clases de historia?
-¿Cómo dices?
-Tú sabes historia porque tú misma lo viviste, y puede que si tú me lo explicas me entre más. Soy bastante mala en esta asignatura… y por probar no perderé nada. Si tú quieres, claro.
Marina enseñó una perfecta dentadura blanca y asintió repetidas veces.
-¿Qué quieres que te cuente?
-Hmmm… Estoy estudiando la Guerra Civil española.
-Sí… Realmente fueron unos años terribles… Y así pasaron todo el fin de semana, Marina dando clases de historia a Nina y ella escuchando sus vivencias personales. Pero las noches se las reservaban para contar otras cosas; aunque, al fin y al cabo, también acababa siendo historia. 
Un besazo y ¡hasta mañana!

1 comentario:

  1. Aix qué bonita amistad va a surgir entre ellas no? me ha gustado mucho la historia guapa, espero más relatos tuyos eh!

    Un besitoooooooo

    ResponderEliminar

Aquí tenéis un espacio para comentar qué pensáis del post que acabáis de leer :)

Solo pido:
- Respeto, no sólo hacia mí, sino hacia todos los comentarios que encontréis en el blog.
- Nada de SPAM.

¡Gracias! :)